Llega un momento en el que ves todo como lo debías haber visto antes... Llega ese momento en el que despiertas de un sueño que creías real, cuando parece que nada puede suceder, un dèjavu vuelve a la mente, te vuelves a despertar y sientes lo mismo. El hipocosmos, un mundo del submundo enterrado en los más profundo de cada ser que reluce en contadas ocasiones y deja ver al desnudo cómo es cada uno o lo que tenemos enterrado en una de esas tumbas del cementerio del olvido. En ese hipocosmos habita lo más oscuro, entes que toman forma y se convierten en pesares, en dudas o sentimientos negativos que intentas rechazar pero que es imposible porque forman parte de ti. Es súmamente curioso cómo por evitar el dolor, renegamos de todo esto sin tener en cuenta que es parte de nosotros, sólo cuando has vivido un sólo día en ese hipocosmos eres testigo de que verdaderamente existe y que es tan real como cualquier cosa. Por ello, como humanos que somos, intentamos salir de ese hipocosmos, intentamos evadirnos de él y salir a flote, pero nunca está demás reconocer que todos hemos nacido en él...
CRUZADOS
Hace 6 años
17 de enero de 2010, 3:42
"Solo el dolor es lo que nos hace mas humanos que los humanos"
6 de febrero de 2010, 13:43
Nuestra cultura occidental tiene tanto miedo al dolor que intenta drogarnos con hipnopsis colectivas desde todos los medios de comunicación. Y el dolor es muchas veces el germen de una alegría aún mucho mayor. Preguntádselo a los atletas, a los que nunca renuncian a sus sueños, a los que luchan por defender un mundo mejor y evitan que se cometan más abusos.. Siempre merece la pena el sufrimiento en pro de las utopías.
Como decían en Mayo del 68: "Seamos realistas, luchemos por lo imposible."
6 de febrero de 2010, 13:56
Con tanta hipnosis se me han trabucado los dedos.
Un saludo desde Sevilla con alegría tomando unas tapitas.
9 de febrero de 2010, 13:57
Está claro que huir del dolor es algo cobarde en estos casos y que lo más realista sería seguir sufriendo por conseguir lo imposible... Conocer la tristeza irremediablemente conecta en algún punto en el camino de la felicidad, un opuesto atrae a otro. Es innegable que la naturaleza humana tiene un trasfondo oscuro, un subconsciente que traiciona a la misma naturaleza, pero ahí entran en juego las ilusiones y las ganas de querer cambiar algo que consideramos injustos. Sí, creándonos una imagen irreal de lo que puede llegar a pasar, si ese es nuestro incentivo para seguir, si autoengañarnos hará que vivamos mejor, con menos preocupaciones y más libre, adelante... Ahora, personalmente, yo prefiero creer en algo, tener algo por lo que luchar y seguir viviendo, quizás una razón de ser más humano... Ese impulso prepotente que caracteriza a la naturaleza humana de querer cambiar lo imposible es aquéllo que nos empuja y nos da el aliento necesario para seguir.
Por cierto, bienvenido charrancito, y muchas gracias por pasarte por este blog, espero que te dejes caer más de una vez por aquí.
18 de agosto de 2010, 16:19
Sí, el hipocosmos existe... porque todo, y nosotros también, es tridimensional, más que tridimensional... Y a veces es inevitable regresar al hipocosmos... pero, supongo, que no es bueno regodearse, perpetuarse en él, supongo que lo conveniente es salir, regresar al cosmos de las cosas que se tocan con las manos... y haber aprendido en el camino.
19 de agosto de 2010, 2:36
Cierto es lo que tú comentas Señor, puesto que el hipocosmos es algo que forma parte de nosotros, no obstante siempre es de buen hacer salir al mundo real, una vez aprendida la lección, una vez que nos hayamos conocido y seamos conscientes de lo que subyace bajo todo el cosmos, podremos volver al mismo con la cabeza bien alta, conociendo nuestros errores y faltas, conociendo nuestra tristeza y el dolor, sólo así podremos saber que hemos sido felices.
Muchas gracias por pasarte por el blog y por tu sincera opinión ;)