¿Felicidad, ignorancia?

¿Alguien ha pedido ser feliz? ¿Alguien ha deseado ser feliz? Si aún nosotros mismos no sabemos cuándo somos felices o cuando dejamos de serlo... ¿Felicidad es la ausencia de dolor? ¿Es feliz quién tiene todo en esta vida? No me permito hacer ninguna suposición en este tema, todo está relativamente difuminado en la realidad, bajo un velo que sólo nos deja ver lo que queremos ver, recibimos la cuarta parte de todo lo que nos rodea, y ¿así? ¿Somos felices así? La ignorancia da la felicidad, todos hemos dicho alguna vez "Era más feliz antes de saberlo..." Conocer los problemas que nos rodean nos hace infelices, algo exacto en todo esto es que el conocimiento no da la felicidad, ¿nos la quita? Todo es demasiado retórico y subjetivo... Yo creo que si más bien, no podemos encontrar la felicidad tan fácilmente, alguien puede dárnosla... Y ese alguien no está tan lejos como imaginamos, quizá en el interior del ser humano siga quedando algo de bondad y la podamos reconocer en las personas que nos rodean, una persona... Ahora se podría decir "Conocerte me ha hecho más feliz", conocerla... Quién ignora a las personas, ignora la felicidad. Conocer y desconocer, son dos virtudes del ser humano que las hemos sabido aprovechar a nuestro antojo, utilizando cada una como mejor nos conviene sin saber de verdad que nos estamos equivocando. 

Es necesario conocer, conocer aquéllo que nos rodea, conocer todos los problemas... Feliz vive el ignorante ajeno a las desgracias de los demás, feliz también el que suele regocijarse de las mismas desgracias aún conociéndolas... Infeliz el que las conoce y no puede hacer nada por evitarlas, visto así, la felicidad es una injusta acompañante. Digamos que, se prefiere vivir alegres que no felices, puesto que la alegría es efímera y más fácil de encontrar en lo que nos rodea. Alegría es saber que conocemos lo que nos rodea, alegría es poder hablar con los demás y conocerlos... La alegría no es ignorancia, podemos alegrarnos aún sabiendo lo que nos va a ocurrir, la felicidad nos inhibe de lo malo que podamos sentir... 

Por todo esto, creo que algunos momentos podemos sonreír e intentar alegrarnos.

Llegar, marchar, alejarse, nacer...

Creemos haber llegado a un punto donde la tecnología y la evolución se han dado la mano, donde nuestra condición de ser humano se ha marchado por el mismo camino donde perdimos nuestra razón de ser. Parece como si fuera un terrible futuro imaginado por las mentes austeras de hace cien años, se hace ver que el futuro será tal y como nos imaginamos. Pero mirar al futuro ahora puede ser también tachado como un acto cobarde de evadirse de lo real, vivir ahora es como sobrevivir en un mar de ignorancia intentado salir a flote amarrándonos a un tablón de certeza, pero nada es cierto y nada es lo que parece. Vivimos nuestras vidas vagando sin rumbo por estelas de dudas, caminamos flotando entre los pasos de los demás, esquivando a la persona que viene enfrente, rodeando al indigente y acelerando la marcha cuando nos persigue alguien. ¿No es que tengamos miedo de los demás? ¿Será que somos tan hipócritas como para rehusar de nosotros mismos? Si es cobarde mirar al futuro, es triste mirar al pasado e ir conociendo cómo ha ocurrido todo, cómo ha cambiado la sociedad y cómo serán nuestras futuras generaciones. Hemos llegado a un punto de inflexión donde todo queda grabado, guardado y archivado, donde somos simplemente unos y ceros en cualquier base de datos, se aleja nuestra humanidad y renacemos como bits en un mundo informático donde somos llanamente nombres en una pantalla, fechas y números... Si es verdad que así nos comunicamos más y mejor, conocemos todo lo demás, sin embargo de esta forma estamos alienizándonos sin darnos cuenta, dejándonos llevar por los binarios... No olvidemos quiénes somos y cómo hemos llegado hasta aquí... Yo personalmente, aún me sigo maravillando de todo lo que ha conseguido el hombre, no pasa un día sin que piense en las grandes obras del ser humano y a la misma vez, sienta el temor de lo que podrá conseguir...